EL ESTRÉS
Hoy en dia no nos sorprendemos al ver una persona enfermar tras una situación de estrés, estudiantes tras los exámenes, tras un proyecto laboral complicado, situaciones adversas familiares….
Hacer frente a factores físicos o psicológicos estresantes, afectan al sistema nervioso central (SNC) y producen subidas de adrenalina/cortisol . ¿Quién no a tenido trastornos digestivos en una época estresante de su vida? La adrenalina desvía la energía del aparato digestivo a los músculos, aumentando el riego y manteniendo el estado de alerta para lo que el cuerpo interpreta "un peligro inminente". Básicamente hemos cambiado correr ante o detrás de un Mamut, por correr con un reloj puesto en la muñeca .
En el caso de la adrenalina muy probablemente nos lleve a un aumento puntual del apetito y a picar entre horas (provocando a su vez desequilibrios o picos insulinicos).Ahora disponemos de datos sólidos que ponen de manifiesto que existe intercambio de información entre el SNC y el sistema inmunológico así que , lo que se piensa y siente afecta directamente a la respuesta inmunitaria.
LOS GENES
Aunque no podemos variar nuestra herencia genética ( color de ojos, composicion corporal..) si podemos cambiar la forma en que se expresan sus genes
El 99,9% del ADN es idéntico en prácticamente toda la población y el 0,1% restante tiene la clave para entender las enfermedades, se han identificado 923 de estos "genes patologicos" y el 31% de estos codifican encimas.
Tras el proyecto genoma humano se han visto una serie de variaciones genéticas (polimorfismos nucleótidos simples -PNS-). Estas pueden tener lugar en el ADN y confieren la individualidad genética a cada miembro de la especie. Entre las proteínas codificadas por los PNS figuran unas enzimas hepáticas encargadas de metabolizar y eliminar fármacos del organismo, las variaciones de estas explican porque los medicamentos a igual dosis tienen diferentes efectos, en distintas personas.
El propio proyecto genoma reveló que solo 30.000 genes controlan el ser humano y descubrieron un mínimo de 8 genes que pueden influir en la longevidad.
Mientras que la composición genética ayuda a determinar como se envejece, gran parte de la comunidad científica piensa que la mayor longevidad guarda mas relación con el modo de vida, así que si modificamos nuestro entorno para mejor, podemos modificar nuestra expresión genética . Los genes dirigen miles de raciones metabólicas diferentes a través de minúsculas variaciones en las proteínas que codifican.
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